Las pinturas antioxidantes son aquellas que han sido formuladas específicamente para su aplicación sobre metal, como pueden ser el hierro o el acero. Entre sus componentes se encuentran algunos específicos que evitan que el metal se corroa con el paso del tiempo o se oxide.
Una de las características del metal es que, con los cambios de temperatura, se dilata y se contrae. Las pinturas especializadas son capaces de adaptarse a esos cambios de volumen sin agrietarse, para prolongar su efecto protector.